Un buen final empieza con un buen inicio...¡Así lo dicen los grandes hombres!Recuento de los Años...¿No lo dije? Ya hasta se me olvida contar bien.
¡En realidad es 32!Hace unos cuantos días recibí como es usual, un interesante correo electrónico de mi ex-"room mate" y apreciado ex-compañero de carrera universitaria del
Instituto Tecnológico de Monterrey, localizado en
Monterrey, México.
Me escribía
Hugo,
"¡Hey!...Ya es tiempo de ponerle color a la cabellera." Sin pensarlo dos veces fuí a verme en el espejo nuevamente. Esta vez, mantuve la mirada firme por un buen rato y me dí cuenta...
¡Coño, que los años me han llegado! La verdad, anteriormente nunca pensé en ello.
Luego, observando mi calendario de mesa me dí cuenta
faltaban pocos días - por decir asi -
de llegar a los 60 años (si es que tengo la suerte). Me dió por meditar en retro-análisis y empezar a darle vuelta a mi vida. Recordar toda ella, desde mi niñez hasta el presente.
Pude verme correteando como niño detrás de la pelota de fútbol, lanzándo la de beisbol, corriendo en las prácticas de atletismo en el colegio y finalmente, haciendo chuspas al aro con la de basketbol. Una carrera deportiva todavía indefinida en el horizonte que definía los designios de mi vida.
¡Ay, pinche Hugo!... ¡Cómo hicistes mis pensamientos rebotar! ...Pero ni quejarse. La vida es solo una y hay que darle paso adelante mientras se la tenga.
He sufrido el infortuno desaparecimiento de muchos amigos y amigas cercanos que han dejado un impacto indeleble. Lamento mucho ellos no estén aquí. Pero, como se dice, de alguna u otra forma
"están mejor que nosotros".
Bien, entonces mi decisión hoy es,
escribir día a día hasta la fecha de mi próximo aniversario, las memorias que todavía permanencen fijas e indelebles en el enorme bosque semi-abierto de mi masa cerebral, o lo que de ella queda.
Nuestra hermosa bandera
Mi Niñez y AmbienteNací, crecí y viví dentro de una pequeña comunidad en mi añorado pueblo de La Lima, departamento de Cortés, Honduras. Una vez denominado mundialmente como el más grande centro de producción de bananos.
Justo enfrente de nuestro hogar está y todavía existe el poderoso y famoso
"Centro de Investigaciones Agrícola-Tropical de la United Brand". Hoy, una institución de carácter privado denominado
"FHIA".
A un costado de la misma, la alberca y el salón de baile
"Club Sula" mismo donde participamos con nuestros brazos despejando agua para mantenernos a flote y merenguear los fines de semana, con la música de las fiestas para enderezar entuertos.
También recuerdo un enorme zoológico con muchas especies - especialmente los temerosos tigres y leones - que nos mantenían despierto el infortunio cuanto que una vez se escaparan.
La vieja piscina de nuestra niñez, hoy en su sitio se construyá la FHIA.
Justo y opuesto al Club Sula, la escuela primaria
"Esteban Guardiola" donde me coscorreonaron el contenido óseo. En múltiples ocasiones lapidaron mis manos, piernas y trasero con reglazos intentando disciplinar mi ascenso desde la infancia a la pubertad.
La escuela Esteban Guardiola...mis primeras letras...a, e, i, o u...
El ceibón, mismo que fertilizábamos con nuestros diarios orines a la salida y la entrada de clases...
La inolvidable maestra Lidia Mejía que me coscorroneó la masa encefálica innumerables veces...
El ceibón de cerca...¡Ah, que sí fuí terrible como niño! - Miles de escapadas fuera de la escuela durante los recreos para irme a la picardía o a bañarme en el
río Chamelecón, mismo que divide mi pueblo
La Lima, entre
"La Vieja" y "La Nueva" y al mismo tiempo, la reúne con un vetusto puente de hierro cuyo paso era permitido o no, en ese tiempo con un único semáforo de ida y vuelta.
El río Chamelecón, su incontrolable corriente invadió nuestros patios muchas veces...
Al lado de mi casa, el colegio
Instituto Patria donde cursé mis estudios secundarios y coroné el bachillerato. A diez pasos de mi casa...¡Y siempre llegaba tarde! Hermoso colegio, nido de brillantes jóvenes maestros que inspiraron mi enorme pasión por la lectura.
El instituto Patria...Hace muchos años...
Inolvidable institución desde donde me separé casi para siempre de una segunda cosecha de amigos increíbles, mismos que de una u otra forma, imprimieron una huella indeleble a lo largo de 5 años de estudio y compañerismo. ¡Fueron hermosos tiempos aquellos!
El instituto Patria...Hoy...El otro muro de la discordia construído por los maestros para aislar mi hogar. ¡Chinguen su madre jodidos!
Detrás del colegio, el campo deportivo
"Chula Vista" - beisbol, fútbol, basketbol, atletismo, competencias - donde mis músculos sazonaron al derredor de mis huesos a cualquier hora del día a través de la práctica de múltiples deportes. Un ambiente sano, hermoso, limpio, simple, inolvidable, pacífico y tranquilo en comparación con estos días. Asi... ¡Mis días avanzaron en la misma razón que mis sueños!
El campo de fútbol donde tiré mis primeras patadas...
La nueva piscina, al lado del campo de fútbol...
Mis Vecinos y Primeros AmigosRecuerdo a mis vecinos de la infancia - colindantes con mi casa-
José y
Niní,
Isidoro,
Zepo y
Javier. Un poco más allá,
René Chorizo, los hermanos
Amado y Totono, los hermanos guanacos
Roberto y René, el
chele Frank; y de más lejos,
Picho Mejía y Jorge Matute. Jugábamos descalzos y pateábamos los primeros balones de hule hasta reventarlos.
Inseparables Amigos de la PubertadNo podía de ninguna manera dejar por fuera a los 5 mosqueteros. Aquél grupito que los vecinos nunca aguantaron por ser tan jodiones y pícaros, realizando innumerables desplantes y desmadres dignos de ese otro paso entre la pubertad, la adolescencia y la madurez intelectual.
Recuerdo al inseparable
Victor -
Arroz con Chancho - y su hermano menor,
Salvita - el
Perra Flaca a los que todavía conservo y hoy residen en New York. A
Betío que vive en Chicago y
Moncho 'ulito al que lo hemos tenido perdido por muchos años desde que se fué a la capital Tegucigalpa -
éramos los 5 mosqueteros que siempre andábamos detrás de las nenas buscando madurar entre besos y amontones, y de vez en cuando atizbando en los baños comunitarios descubriéndole la vida íntima a todas las vecinas.
Victor y Betío, con Mirna la ex-de Betío y mi inseparable esposa, Suyapa con mi promogénito...Visitándome cuando estudiaba mi Maestría en Logan, Utah, USAEstos 4 pícaros e inseparables amigos, son los que le dieron sentido a mi vida. Sumados conmigo, 5 amigos originales, inseparables, sinceros, genuinos, honestos, nunca conflictivos y que crecimos mutuamente, compartiendolo todo: Infortunios y triunfos, como si fueran los de uno mismo y sin ninguna duda, los bailes en los cuales nos poníamos de pinga con las chelitas y veníamos rebotando por nuestras calles.
El MuritoNuestro centro de encuentro y comunicación después de la cena era el muro de la calle. Nos reuníamos en el murito bien cuando íbamos al cine, a la cancha, al estadio, a los partidos, a las fiestas - siempre juntos - compartiendo y reuniendo nuestros capitales personales para pasarla de lo mejor posible. Era el centro donde contábamos nuestros chistes y perras. Desde allí chuleábamos a todas las chiquillas, que como nosotros, empezaban a ponerse camuleanes como los mangos, madurando.
Sin embargo éramos muy sanos y respetuosos con las blancas cabelleras. Pero a pesar de todo ello - los vecinos nunca nos soportaron - éramos extremadamente bulliciosos cuando nos reuníamos en
"el muro" de la calle que terminaba en la
"FHIA". Nuestro muro pues, tenía fama. Todo quien por allí pasaba...
¡Sabía las consecuencias de nuestra jodarria y a lo que se atenía!¡Ah!...Indudablemente fueron hermosos tiempos aquellos. Los vivo añorando todos los días. Ahora, desde la distancia, cuando leo en los diarios "las buenas nuevas de mi paicillo" me entristece sumamente las noticias de robos, asesinatos y desmadres producidos por las maras, los nuevos delincuentes del siglo 20. Durante nuestros tiempos, no padecíamos de esta peste.
Mi experiencia señala que estos son el
subproducto de la barbarie de la corrupción política empresarial, governamental y política - fuerza amenazante que mantiene a nuestro querido paicillo en sunamis eternos.
Tremenda incertidumbre para la presente juventud...Misma que se deteriora negativamente con el pasar del tiempo. Un retroceso sin igual. Honduras pues, mi querido paicillo...Ya no es lo mismo. La inseguridad social lo tiene paralizado.
Hace muchos años asesinaron vilmente a muchos valladares, digo - Morazánicos - que como Francisco Morazán tuvieron tres huevos. Y el último lo utilizaron para empujar por un cambio social. Incompleto por cierto...La culpabilidad recae sobre el Ejército Nacional de aquellos días,
los quebraron bajo la sombra del desaparecimiento. Los desaparecidos en Honduras eran hombres brillantes de ilustre pensamiento. Su única diferencia, el cambio atemorizaba riesgos de violencia social.
Entre uno de ellos estaba mi compañero de grado en la escuela,
Eduardo López - ¿Razón de volverse inolvidable? Dicho sujeto me rescató de las aguas del río Chamelecón cuando estaba a punto de ahogarme y ser arrastrado por su corriente.
Abajo...Una muestra del desarrollo que han producido nuestros políticos, la contínua miseria del pueblo hondureño sigue siendo su mayor enfermedad.
Profesionales, agentes de cambio como nos definen, no logramos completar el singular efecto que produce nuestra certera mano de ayuda para el desarrollo de nuestro país. La ardua e inherente necesidad por extraer y sacar la miseria nacional de su probrería, de las champas de vivienda en las que todavía se encuentran recluídos.
Su indigencia e ignorancia la sufrimos a diario. No se puede producir el cambio deseado mientras se es un asalariado del estado.
A nosotros, los 5 mosqueteros...
"las mentadas de madre o de jijo de"...
¡Ya no nos hacian mella!
